La preocupación constante por alcanzar los objetivos
trazados, conseguir los resultados esperados e incluso lograr el éxito laboral
son factores desencadenantes de tensión diaria, en muchos hombres de negocios.
La presión laboral causa estrés, comprometiendo el desempeño y las relaciones
interpersonales.
Los hombres de negocios suelen permanecer sumergidos bajo
varios elementos desencadenantes de tensión diaria: la intensa preocupación por
alcanzar los objetivos organizacionales trazados, por obtener los resultados
financieros esperados e incluso la constante búsqueda del éxito.
En cada lugar de trabajo, es posible hallar empleados
abrumados debido a la presión laboral, comprometiendo así su respectivo
desempeño y sus relaciones interpersonales.
Quienes padecen altos niveles de estrés llegan a encontrarse
en una complicada situación, en la que desconectarse del trabajo resulta
insuficiente para aligerar esa sensación de poseer una pesada carga sobre los
hombros. Y es que cerebro no descansa, la persona piensa en los dilemas una y
otra vez. Señal evidente de que sufre de una profunda tensión.
La fatiga física, emocional y mental se convierte en pan de
cada día, arruinando cada jornada laboral. Pero hay más. El dolor en los
hombros, el ritmo cardíaco y presión arterial elevados son evidentes síntomas
de que el trabajador está cayendo en un hoyo del cual debe salir pronto.
El temor a un despido, los recortes de presupuesto y las
llamadas de atención or parte del superior o asociados son otros factores que
también producen altos niveles de tensión. De no buscar la manera controlar el
estrés, el empleado continuará experimentando una pérdida de concentración y
persistencia de actuar con rigor y diligencia.
Alan Hall, colaborador de Forbes, confiesa haberse encontrado
en una situación similar, por lo que comparte seis tips para manejar el estrés:
En orden de importancia, comience por tomar nota de las
señales de advertencia de exceso de estrés en el trabajo
Formúlese las siguientes preguntas: ¿Me voy a casa por la
noche agotado y ansioso? ¿Me preocupo sin parar? ¿Es el sueño un recuerdo
lejano? ¿Estoy irritable y soy duro con mi familia?
Si acaba de responder afirmativamente, no ignore ni
desestime lo que está sintiendo. Es hora de actuar rápidamente y protegerse.
A continuación, centre la atención en su salud física y
emocional
Haga ejercicio de manera regular y procure tomarse el
descanso adecuado. Salga a caminar aprovechando la hora del almuerzo. Vaya al
gimnasio antes o después del trabajo. Vaya a la cama cada noche a la misma hora
y evite estimulantes después de la cena. Desarrolle su mente y aumente su base
de conocimientos. Lea buenos libros y tome clases en los temas que le gusten.
Establezca nuevas amistades. Los buenos amigos pueden convertirse en oyentes
maravillosos que le permitirá desahogarse y aliviar el estrés. Utilice
apropiadamente el sentido del humor en horas laborales.
Establezca sus prioridades y organícese de manera correcta
Usted logrará reducir el estrés cuando sepa cómo priorizar
cada tarea pendiente. Considere hacer una lista de aquellas cosas que son
fundamentales y luche contra ellos en orden de importancia y urgencia.
“Desmenuzar” los proyectos en pasos pequeños es también una
forma de reducir el estrés. Cuando un proyecto grande parece aplastante,
desarrolle un plan de acción paso a paso. Enfóquese en un solo paso a la vez,
en lugar de tratar de “comer el elefante entero de un solo bocado”.
Aprenda a delegar responsabilidades y comparta la carga con
sus colaboradores.
Considere la elaboración de un programa equilibrado que le
permita analizar en el tiempo, las responsabilidades y las tareas diarias.
Busque un equilibrio en el trabajo, así podrá dedicarse un tiempo para usted
mismo, para su familia y para las actividades sociales, así como intereses
personales. No se comprometa en exceso. Evite programar muchas
responsabilidades para cumplirlas en un solo día.
Sea positivo. Cuando logra hacer esto, el estrés se va
volando. Elimine el comportamiento auto-destructivo. Los pensamientos negativos
exacerban las presiones y reducen su energía, esperanza y motivación. No
permita que su mente piense -de manera constante- en lo que personalmente no
puede reparar. Por el contrario, fije su atención en lo que puede controlar y
mejorar.
Invite a su gerente para reducir el estrés
Un gerente también se interesa en reducir el estrés en su
lugar de trabajo. Por ello, invite a su supervisor a mejorar la comunicación
entre las partes. El estrés se va cuando todo el mundo tiene una información
clara y concisa sobre las operaciones de la empresa. Invítelos a que sean
honestos y transparentes sobre los retos de la organización.
Aliente a los administradores a definir claramente los roles
y responsabilidades, y que le permitan tener voz en las decisiones sobre
planificación, cargas de trabajo, plazos y reglas que afecten su puesto de
trabajo.
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