Si eres inteligente y productivo
pero no comprendes por qué los demás reciben promociones y aumentos de salario
y tú no, considera estos 3 errores que tal vez estés cometiendo.
Estos errores no son difíciles
de subsanar, pero la mayoría no se dan cuenta de ellos. Si aprendes a lidiar
con ellos, tu trabajo y reputación se beneficiarán
Puedes ser el más brillante y
capacitado profesional en un equipo, el que aprende más rápido, el vendedor más
persuasivo, y el más trabajador. Pero sin importar qué tan bueno eres en tu
trabajo, hay errores que son fáciles de cometer sin siquiera percatarte de
ello. ¿Has cometido alguno de estos 3 errores?
Error #1: Olvidarte que te
contrataron para hacer que tu jefe se destaque
Muchos batallan con el estilo de
jefe que tienen, su forma de manejar las distintas situaciones o su punto de
vista, y esto dificulta la relación y la satisfacción y rendimiento laboral.
Por ello, es importante que recuerdes por qué te han contratado: para ayudar a
tu jefe a ser aún más exitoso. Es fácil concentrarte en las diferencias que
tienes con tu jefe, en lugar de en intentar que tu trabajo hable por ti.
Si trabajas con un jefe
difícil, es fundamental que intentes quitar tus sentimientos de la relación
laboral. Piensa que eres autónomo y tu jefe es un cliente que debes complacer,
esto te ayudará a no personalizar y concentrarte en tu trabajo. Si son
diferencias astronómicas discútelas y encuentra la mejor manera de trabajar
juntos. Si enfrentas la situación cambiarás el foco y trabajarás por un éxito
mutuo.
Error #2: Confiar en Recursos
Humanos
Si tienes un problema con tu
jefe, reportarlo a Recursos Humanos no es la solución. Este departamento no es
el intermediario a menos que se trate de una constante intimidación. El
departamento existe para proteger a la empresa de potenciales litigios o
conflictos laborales.
Cuando se presenta una situación conflictiva como esta, resuélvelo directamente. Lidiar con personas desagradables es difícil pero parte del trabajo y de la vida. No tienes que hacerlo solo, puedes buscar apoyo en un colega o mentor.
Error #3: Confundir la crítica
con la iniciativa
Cuando eres nuevo en una
organización, quieres aportar ideas y demostrar que vales. Puedes sentirte
tentado y analizar la política o los cambios de programa y utilizarlos para
explica cómo crees que las cosas deberían hacerse y ser mejores. Si lo haces
bien esto puede demostrar una perspectiva innovadora, preocupación por la
empresa y soluciones originales. Pero muchas veces se hace mal y pueden pensar
que simplemente disfrutas de quejarte.
Cuando se producen grandes
cambios en la compañía intenta comprender por qué antes de criticar. Las
organizaciones toman decisiones por razones sólidas, pero no siempre las
comunican claramente. Si hay algo con lo que no estás de acuerdo, pide
a tu jefe que aclare. Si aún tienes dudas, háblalas, pero asegúrate de
hacerlo de buena manera, y no a modo de crítica. Sé el ejemplo.
Cuando otros a tu alrededor se
quejen, ayúdales a comprender la razón y comparte tu estrategia para adaptarte,
incitándolos a hacer lo mismo.
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