En esta época de crisis donde todo se derrumba ante usted,
le entra el miedo escalofriante, paralizante, bloqueante. El miedo es
contagioso, muy contagioso. Entra sin decir nada, por la puerta de atrás se
adueña de su vida, de sus decisiones y toma el control. Se adueña de usted.
Entra a través de la amígdala, una parte del cerebro
primigenia muy útil que nos hace tomar decisiones rápidas ante posible
amenazas. El miedo es muy útil para reconocer amenazas reales y salir pitando,
evitarlas o huir. Salva su vida, bien utilizado, claro. La pega es cuando el
miedo nos hace ver fantasmas de amenazas irreales. La amígdala es asociativa,
no piensa, "es tonta". Tiene registrados eventos del entorno y los
asocia con emociones y comportamientos, como el fuego al miedo o un bebé a la
ternura. Sirve muy bien cuando la asociación es correcta, pero si la asociación
es incorrecta, como miedo a salir a la calle, entonces... "Houston tenemos
un problema".
Cuando usted como empresario toma sus decisiones basadas en
el miedo a perder su negocio, a no obtener los beneficios suficientes, etc.
Recorta plantilla, paga poco a sus empleados (que en definitiva son los que
levantan su negocio), despide a talentos... en fin aquellas decisiones que el
miedo toma por usted.
Los miedos más frecuentes en la empresa
El miedo al fracaso a cometer errores. Esto hace que sea
ultraprecavido a tomar decisiones arriesgadas. No atreverse a hacer ciertas
cosas. Sigue igual, cuando lo peor es quedarse igual.
El miedo a la pérdida de poder. A la pérdida de influencia.
Esto nos hace actuar con imposición sobre los demás, obligándoles a doblegarse.
Y esto no nos hace ganar su confianza, sino su miedo. Así obtenemos más miedo
en la empresa.
El miedo a rechazo: No pertenecer a un grupo. Filiación. En
el caso de los colaboradores, pertenecer al grupo dominante es la meta. No ser
aceptado entre los que ostentan el estatus de "cool" es un estigma
que puede paralizar su carrera y a usted mismo. Ser tildado de "friki
organizativo" puede significar una no renovación de su contrato. No tiene
por qué ser verdad, pero vale con que los demás lo piensen y no le dejen entrar
"en la corte del rey".
El miedo al cambio. Y para líderes acostumbrados a cambios
lentos, a no perder lo logrado, una crisis económica que da al traste con su
negocio tal y como lo tienes configurado es un cambio inaceptable. O mejor
dicho, indigerible.
El miedo a la no supervivencia. A no levantarse jamás. Esto
sobre todo es el germen de la agresividad, de la hostilidad.
¿Cómo desactivar su miedo y retomar el control de su
empresa?
La amígdala es irracional y tarda unos milisegundos en tomar
el control. El cerebro racional, el noecortex, para entonces ni le ha llegado
la información, además tarda en procesarla segundos. Para cuando quiera dar una
respuesta pensada y correcta, la amígdala se le ha adelantado y ya le gana la
carrera. Haga que el neocortex tome el control. Haga un cortafuegos de
antimiedos. Tome el control de su miedo.
- Cuente hasta 10, dele tiempo antes de reaccionar. Esto hará que el neocortex tenga tiempo de pensar con claridad. Pero antes de esto calme su mente. Respire profundo, piense en algo positivo, y haga a un lado el problema.
- Perseverancia. Hay que tener una firme decisión de no caer en manos del miedo. Mucho pensamiento positivo y pensar cada cosa que uno hace y dice sobre si habla el miedo o vd mismo.
- Pensar razonadamente sobre qué cosa en particular te da miedo. El miedo es ambiguo. Difuso, oscuro. Si concretamos que cosa en qué circunstancias nos produce miedo estamos estrechando el cerco al miedo. Ya solo eso es cierto que nos hace temer. Lo demás queda limpio de miedo.
- Tener un plan B. ¿Qué pasaría si esto o lo otro saliera mal? Es preciso tener un plan B siempre listo antes de tirarse a la piscina de una decisión. Esto reduce la incertidumbre y da seguridad. Si pasara l o peor vd estaría a cubierto, por tanto no hay miedo.
- Tomar distancia: a menudo al tomar distancia nos damos cuenta de que estamos en manos de un calentón de miedo. De esta forma vemos deformadas las cosas y todo parece surrealista y caótico.
- Apóyese en su equipo. De esta forma no crea un muro entre vd y el equipo. Gane su confianza pidiendo su opinión, respetando sus divergencias de opinión, sin castigar los errores. Deles un "chance". Ellos saben todos los detalles de su trabajo, pues deje que lo hagan.
Por: Mónica Grossoni Socia - Directora de Social Net
Grossoni y editora delhttp://www.iestres.es,
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